Me encontré la casa de mi amigo Rafael, entré, de costumbre me fijo en todo para ver si encuentro algo que fotografiar, pero su hogar fue lo que me llamo la atención, estaba cayendo, no tenia luz, su piso a penas tenia la galería de cemento, su sala sin comedor y su habitación la compartía con su madre, huérfano de padre, con un retrato de José en la madera comida por carcomas, tenían una letrina pero se había llenado el pozo, encontré excremento en el patio, me imagine que aprovechaban la noche para hacer sus necesidades, un mosquitero viejo, ropa sucia en el suelo, pasta dental enganchada en la madera, la barrica llena de larvas y su lindo perro flaco.
Saliendo de la sabana
La casa de mi amigo Rafael, después que Salí, me imagine un humilde hogar, con dos personas maravillosas, un increíble perro flaco, juguetón y simpático, una foto de José el difunto, trate de ver todo diferente porque se han convertido una familia feliz a pesar de vivir en esas condiciones.
Lo imaginé porque no puedo hacer nada, no puedo ayudarlos materialmente, no tengo lo que necesitan y ya muchos que pueden se han convertido en miserables con todo lo que poseen, otros ya le fastidia y les incomoda bastante dar sin nunca dar, otros solamente lo miran, pero aquí se encuentra y he visto lo pobre que somos, he visto las riquezas que poseemos y me he encontrado en el medio de pobreza y riqueza que no sabemos aprovechar.
Palabras de la última Encíclica del papa Benedicto XVI ``Caritas in Veritate´´
--Los pobres, una riqueza: "No se debe considerar a los pobres como un 'fardo', sino como una riqueza incluso desde el punto de vista estrictamente económico" (n. 35).
Siempre digo, que es mejor investigar antes de actuar para que no nos dejemos engañar, porque la investigación es lo primordial para ayudar.