Sin saber nada

Fui al campo donde mi primo Jorge y Salí a caminar un poco.

Encontré una familia con catorce hijos y a uno de ellos le llaman ``Morenito´´, mientras él estaba "encaramao" del fogón con una ``paila´´ atinada tratando de comer arroz vacio, algunos sentados en sillas plásticas deterioradas y otros en la tierra, hablaban en el medio de la enramada, sus padres salieron al monte a trabajar y ellos esperaban su llegada sin saber la hora, tenían muchos animales muy flacos que rodeaban su humilde casa, eran muchos puercos, gatos y perros, todos los hijos se miraban la cara como sin saber nada de este mundo, no tenían forma para entretenerse. Cuando comencé hablar, con una cara de asombro me comenzaron a mirar como si fuera una estrella de cine, ¿oooh yo?, me preguntaban qué era lo que quería, pero mi boca no puedo hablar al ver tanta miseria junta con niños tan valiosos. Era de tanto asombro mi presencia que ellos me comenzaron a tratar mejor que en mi propia casa, se pararon de sus sillas rotas y sucias para dármela, “Morenito” me ofrecía su arroz del fogón y otros me ofrecieron una Yuca que ellos mismos habían cosechado.

Ese día fue el día que me di cuenta que la pendejada más grande del mundo es vivir de la ignorancia, que no existe riqueza tan grande como la que llevamos dentro, que el mundo está lleno de fantasía y todo lo que tenemos hoy se quedará en la tierra.

Es que si, sabemos que hay pobrezas, sí, lo sabemos, sabemos que en África hay gente muriendo de hambre pero juro que no existe miseria más grande que la que existe en el interior.
Si, así es la vida, “Morenito” se quedará comiendo en su fogón. Digo, solo a veces, y sus trece hermanos seguirán sentándose en la enramada sin saber nada de este mundo, mirándose la cara y esperando sus padres que lleguen del monte, mientras otros viven como Dioses ignorando y con el interior más sucio que el odio negro.

Bueno, “una familia feliz aunque vivan como infelices”.