Son estudiantes aventureros

Se arriesgan la vida día tras día para poder estudiar y ser alguien en un mañana

Recorren kilómetros sin importa el peligro, el mal tiempo o el hambre, algunos a píe, sin encontrar alguna bola, o tal vez encontrando una como esta o peor, son jóvenes, niños y adultos que salen de sus hogares para aventurarse, para poder estudiar, para salir de la pobreza o tal vez ser algún día, personas de valor.

Otros no corren la misma suerte, dejando los estudios por la dificultad de llegar a los centros educativos, por su pobreza o su complicación física, pero los que pueden, se aventuran en las calles, a veces desoladas o peligrosas, enfrentando sus propias pesadillas, que noche tras noche sueñan con la odisea que realizaran mañana para ir a la escuela.

Sus sueños a veces se desvanecen, se desorientan por sus trabajos inhumanos que cada día tienen que soportar, algunos llegan a sus hogares para encontrar la mesa bacía y sin nadie en la casa.

La primera montura que encuentren para llegar a sus hogares, es la que utilizan por su desesperación, caminando con un fuerte sol, a veces con lluvia y con hambre, no les importa donde montarse, porque en esos momentos lo importante es llegar sin preocuparse por sus vidas.

Imagino que los choferes quieren hacer un bien, sin imaginarse que pueden causar un gran mal.

Escenas que las vemos en nuestras calles.