Las grandes parcelas de arroz, no fueran nada sin estos hombres, sus mañanas se convierten pesadas, sus pies no disfrutan del cómodo algodón que nos da pereza cuando hace frio, que saliendo de la oficina se piensa en ese arroz con habichuela, sin imaginar quienes se preocupan por su siembra, con esfuerzo, con riesgos, formando parte del lodo. Los arroceros de Jima Abajo, La Vega, forman parte del proceso, el trabajo y la de dedicación que puede ser con penas o alegrías, para que ese arroz llegue a tu mesa cada día.
“Una razón para dar gracias en nuestra mesa, es que tenemos comida, sin pensar lo difícil que es conseguirla para muchos”
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