Pies en la tierra

Es un poco difícil para mi adaptarme a las costumbres de mucha gente de ciudad, tanto que visitar la capital se me hace un poco incomodo.

 No soy de gala ni de restaurantes, soy de leña y fogón, quiero abrazar la doña o el don, cuando entro a la cocina de cualquier "Bojio" me quito mis tenis y me siento en la silla o en un tronco seco que siempre hay, es que en la gran mayoría de los casos, en algunos campos ninguna mujer quiere cocinar con chancletas, y casi ningún hombre se sienta en el patio con camisa o poloche. 

La cocina de tierra hace refrescar el ambiente, en lo general a casi nadie le gusta aguantar el jumo de la leña, pero a mi me transporta a un lugar que no sé si fue de otra vida o la misma de hoy. 

Ahí ta mi doña tapando el arroz con hojas de plátano, ahí ta Timoteo que hasta boche le han dao por meterse a la cocina mientras se cocina el moro. A veces creo que ese orgullo, lujo o "imbecilidad" le da un toque único y especial a la ignorancia que muchos llevan dentro, es que la misma vida me ha demostrado que lo esencial no es lo que llevas puesto,es lo que la vida es y no lo que se cree ser. 

De leña y fogón soy, de letrina y morrito pá quitarse la cota, yo no nací mirando el lujo, o pisando en tela, mi abuela me cuenta que ella se crió pisando la tierra.