Su trabajo es más que improvisado, ya que el viejo domingo vende lo primero que le llega a la mano, suele vender lo que puede conseguir y que las personas puedan comprar, es tan inteligente y trabajador que sale con una de las famosas cajas de colmado llena de naranja a recorrer el pueblo, las naranjas las clasifica en grandes o pequeñas para poder cambiarles el precio, las grandes a 10 y las pequeñas a 5, las ventas depende de las temporadas, cuando es temporada de aguacates sale a vender aguacates, cuando es temporada de mango sale a vender mangos y cuando no hay temporadas él mismo prepara unos sabrosos dulces de coco que sale a vender a todo nuestro pueblo.
A sus 86 años, domingo está durito y el dice que caminar lo ayuda a combatir la vejez, no estudió pero es bastante inteligente y se la busca como un profesional, aunque a veces no puede salir a vender por algunas dificultades de salud, siempre acude al ayuntamiento del pueblo para que lo ayuden con algunos medicamentos.
El viejo domingo no tiene un domingo de descanso.
Ya quisiera ser yo un gran trabajador como domingo.
A mí me da mucha pena con esas personas y siempre son esos maduritos que trabajan como leones para poder comer.
Ellos son nuestras raíces, personas que hoy se merecen nuestro respeto y se merecen un lugar en este blog.