Somos tradición rica, la que se disfruta cada día, donde la hora mágica es la más importante. El campo dominicano tiene su sazón, la costumbre de las doce, la bandera dominicana. Que nunca falte el arroz, la habichuela y la carne. Nada tan espectacular como el campo dominicano.
Tan bello como el zumbador y su sangre de cristo.
Tan bello como el zumbador y su sangre de cristo.
Los dominicanos tenemos un paraíso tan maravilloso, ese que debemos de proteger y disfrutar.
Saludos y abrazos a casi todos y todas.
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